Marina Sanz cambio climático océano ártico

Marina Sanz (España, 2013) es oceanógrafa y actualmente está investigando, en la Universidad de Barcelona, cómo afecta el cambio climático al océano Ártico. Concretamente, su investigación se centra en cómo el aumento de dióxido de carbono que emitimos a la atmósfera modula el comportamiento de las comunidades de plancton del Ártico, cruciales en el equilibrio del planeta ya que son la base de la cadena alimenticia.
Marina ha tenido la oportunidad de participar en un curso organizado por la University Center of Svalbard, de Noruega, y ha podido realizar ella misma investigación de campo en el Ártico. Allí ha conseguido datos que le servirán para finalizar su tesis doctoral.
Si quieres conocer la experiencia de Marina, a continuación te mostramos un fragmento de su diario de a bordo:
El diario de a bordo de Marina Sanz en su expedición por el Ártico
“Llegué a Longyearbyen hace un mes, el pueblo habitado más septentrional del mundo, en las islas Svalbard, muy al norte de Noruega. Estamos rodeados de blancas montañas y glaciares que desembocan en un fiordo, todo está completamente cubierto de nieve, hace un frío que pela pero tenemos un sol espléndido que luce las 24 h del día. Longyearbyen es un pueblo de origen minero con una universidad, UNIS, The University Center of Svalbard, que ha sido fundamental para la investigación en el Polo Norte. UNIS organiza cursos para estudiantes de doctorado y de máster de todas las nacionalidades. Los cursos son gratuitos, pero debes poder financiar el alojamiento y la manutención.
¡Conseguir llegar hasta el Ártico no es nada fácil, así que tenía que aprovechar cualquier oportunidad que se me presentara!
Nos embarcamos el 30 de abril a bordo del buque de investigación Helmer Hannsen, que pertenece a la Universidad Tromso. Un barco pesquero reformado para investigación oceanográfica. Fletar un barco supone una gran cantidad de dinero, por ello, tanto los investigadores y los estudiantes como la tripulación hacemos turnos de 6 h para que siempre haya alguien trabajando: 6 h trabajas, 6 h comes y duermes. Es agotador pero efectivo.
Nos organizamos por parejas y vamos rotando para aplicar todas las técnicas aprendidas: análisis de la concentración de metano, medir alcalinidad y pH, analizar la concentración de oxígeno y muestrear el agua de la roseta mediante botellas Niskin, estructuras cilíndricas de metal que se lanzan hasta el fondo del mar y a medida que ascienden se van cerrando para capturar agua a diferentes profundidades.
También estamos extrayendo testigos de hielo marino para medir en ellos oxígeno y dióxido de carbono. Esto es realmente emocionante, porque bajamos del barco y nos alejamos de él para no oír su ruido y estar rodeados de un gran desierto helado.
Además, para exprimir un poquito más este curso, estoy realizando unos experimentos de aumento de CO2 para mi tesis de doctorado. En ellos evalúo si el CO2 aumenta la producción primaria, es decir, la fotosíntesis de las microalgas que habitan en la superficie del océano Ártico, durante la primavera: cuando el hielo se retira, la luz que ilumina la superficie del mar es mucho mayor, lo que estimula enormemente el crecimiento de las microalgas, formando lo que en inglés se llama bloom y en español podemos llamar floración de microalgas.
Ahora estoy analizando los resultados, confío en que sean buenos y que completen un capítulo de mi tesis. Esta experiencia me ha proporcionado una buena base teórica y diferentes formas de trabajar para mejorar y avanzar en mi trabajo.



