articulo Eleonora Barone
Impulsada por su curiosidad, Eleonora Barone ha viajado por toda Europa estudiando los misterios de la biología. Tras cursar Biología Molecular en Roma, ha investigado la enfermedad de Alzheimer y los efectos de los nutracéuticos en el cerebro, pero fue el desafío del cáncer lo que realmente captó su interés. Hoy, como becaria de la Fundación ”la Caixa” en el laboratorio del Dr. Aznar Benitah en el IRB Barcelona, dedica su tiempo y esfuerzo al estudio del cáncer metastásico y el metabolismo con su beca de doctorado INPhINIT. Motivada por una experiencia personal en su círculo cercano, tiene como objetivo avanzar en la lucha contra esta enfermedad para mejorar la vida de los pacientes.
Esta beca ofrece un programa de formación en competencias transversales. Durante uno de los webinarios del programa, Eleonora utilizó lo aprendido para escribir este excelente artículo, inspirado en una de las preguntas más frecuentes que le hacen. ¡Veamos su interesante reflexión!
¿Por qué es tan difícil encontrar una cura para el cáncer?
La razón es que el cáncer no es un problema único a abordar, sino más bien un grupo de problemas, cada uno con sus desafíos específicos. Todos estos desafíos hacen que encontrar una cura sea muy complicado. Pero si hay algo que he aprendido después de muchos años de investigación es que, si quieres luchar contra algo, necesitas saber contra qué estás luchando. Profundicemos un poco más en esto, ¿de acuerdo?
¿Cuál es la complejidad del cáncer?
Es posible que ya sepas que el cáncer es una enfermedad caracterizada por un crecimiento celular anormal que conduce a la formación de tumores. Hay muchos tipos de cáncer, dependiendo de dónde se origine, como el cáncer de pulmón, el de cerebro o el de colon. Además, cada tumor puede clasificarse en diferentes subtipos según ciertas características y comportamientos. Será más fácil explicarlo con un ejemplo: el cáncer de mama, que he estado estudiando durante los últimos años.
Como todos los tipos de cáncer, el cáncer de mama también presenta diferentes grados de agresividad, dependiendo, por ejemplo, de su capacidad para moverse e invadir órganos distantes. La formación de un nuevo tumor en un órgano diferente del órgano de origen se denomina metástasis. Así pues, podemos clasificar el tumor como metastásico o no metastásico. Cuanto más metastásico es el tumor, más agresivo es.
Junto con las características que acabamos de describir, los tumores también se pueden describirse como heterogéneos. Esto significa que dentro del mismo tumor cada célula tumoral individual puede ser diferente de las demás que la rodean. Se puede pensar en el tumor como un mosaico, en el que cada pieza representa una célula tumoral, y cada una puede diferir de las células circundantes. Este mosaicismo se conoce como heterogeneidad tumoral. En conjunto, esta información nos muestra lo complejo que es el cáncer y lo importante que es entender muy bien cada tumor para mejorar nuestra forma de combatirlo.
Si volvemos a nuestro ejemplo, el cáncer de mama es un tipo de tumor muy heterogéneo y agresivo. Pero entonces, ¿por qué no estudiamos simplemente la heterogeneidad del cáncer y encontramos una cura de una vez por todas? Es una muy buena pregunta, y muchos científicos ya están trabajando en ello. Sin embargo, lo que falta considerar es que la complejidad y la heterogeneidad no son los únicos desafíos para encontrar una cura. Hay otros factores que pueden influir en la respuesta de los pacientes a los tratamientos y representar un reto adicional en el abordaje del cáncer.
¿Por qué es difícil encontrar una única cura para el cáncer?
Imagínate un grupo de personas con un resfriado, todas con los mismos síntomas: secreción nasal, estornudos y cansancio. Aunque los síntomas son los mismos en todos, la causa subyacente podría ser diferente: un virus, una infección bacteriana o una alergia. ¿Daríamos a todos los pacientes el mismo tratamiento? Probablemente, no. Usaríamos un antihistamínico si se trata de una alergia o un antibiótico si se trata de una infección bacteriana.
Un concepto similar se aplica a los tumores. Los pacientes con un mismo tipo de tumor pueden ser muy diferentes entre sí, así como el tumor de un paciente concreto puede ser muy heterogéneo, como hemos comentado anteriormente. Esto significa que incluso si un tratamiento funciona para una parte del tumor, o para un paciente, puede no funcionar para otra parte o paciente. Como resultado, los tratamientos pueden tener una eficacia general deficiente, lo que a veces provoca la muerte del paciente. Esta es la razón por la que es imposible encontrar una sola cura para el cáncer y por la que nos estamos decantando cada vez más hacia terapias “personalizadas” y combinaciones de tratamientos.
¿Dónde encuentra el cáncer “alimento” para crecer?
Además de la complejidad y la heterogeneidad, otros factores pueden influir en la respuesta de un paciente al tratamiento, lo que añade otro desafío al tratamiento del cáncer.
Como es de esperar, las células tumorales crecen muy rápido y sin control, invaden el espacio de las células sanas y provocan su muerte. Para crecer tan rápido y tanto, las células tumorales necesitan mucha energía, combustible y material para desarrollar todos sus componentes. Pero ¿de dónde proceden todos estos suministros de energía? Del huésped o de los órganos sanos del paciente, como el músculo y la grasa. Imaginemos ahora un escenario en el que las células tumorales pueden pedir energía a los demás órganos del cuerpo. ¿Qué crees que pasaría en una situación como la que acabamos de describir? Los órganos sanos responderían enviando energía y ellos no tendrían suficiente para funcionar correctamente. El paciente empezaría a perder energía, hasta el punto de que incluso tareas simples, como caminar, podrían suponer un desafío. Imagínate que dejaras de comer. Te debilitarías y cualquier actividad cotidiana se volvería imposible de hacer. Si a esto le sumas la presencia de un tumor, que ya está comprometiendo el funcionamiento de tus órganos sanos, seguramente no serías el epítome de la salud. ¿Y cómo crees que una persona tan débil físicamente puede responder a los tratamientos? Simplemente no puede.
¿Y si ponemos los tumores a dieta?
¿Podría ser esta la clave para curar el cáncer? Permíteme guiarte a través de las ideas que estamos explorando en el Grupo de Células Madre y Cáncer del IRB Barcelona. Repasemos algunos conceptos clave que te he contado hasta ahora.
El cáncer de mama, como recordarás, es muy heterogéneo: como un mosaico de diferentes tipos de células. Esto puede provocar que algunas partes del tumor respondan al tratamiento y otras partes no respondan en absoluto. Además, las células tumorales son entidades egoístas que requieren energía de órganos sanos, lo que provoca la debilidad y la mala respuesta de los pacientes a los tratamientos.
Centrémonos en este intercambio de energía. En nuestro laboratorio, creemos que el mensaje “necesito energía” que el tumor envía al cuerpo podría ser algo que comparten todos los pacientes. Estamos trabajando para descifrar este “lenguaje” y, lo que es más importante, para detener la conversación por completo.
¿Cómo funciona esta comunicación? Creemos que el tumor transmite un mensaje a los órganos sanos. Cuando el mensaje ha llegado y se entiende correctamente, los órganos sanos pueden responder al tumor enviando energía. Así, el tumor puede recibir energía y seguir creciendo. Sin embargo, lo que aún no sabemos es: ¿cómo se envía este mensaje? ¿Cuál es la naturaleza del mensaje? ¿Cuál es la energía que recibe el tumor? ¿Cómo se suministra esta energía? ¿Cómo se utiliza?
Estas son las preguntas que impulsan nuestra investigación actual. Si podemos descifrar este código y bloquear la solicitud de energía del tumor, ¿qué podría pasar? Imagina un escenario en el que el tumor ya no pueda expresar sus necesidades, o en el que el cuerpo deje de responder. Los pacientes no desperdiciarán energía dándosela al tumor. Se sentirán más fuertes y “sanos” y responderán mejor a los tratamientos. Del mismo modo, el tumor se pondrá “a dieta” a medida que se corte el suministro de energía y el crecimiento podría ser potencialmente más lento. O el tumor podría ser más débil y más fácil de combatir.
Es como matar dos pájaros de un tiro. Estamos sometiendo al tumor a una “dieta restringida en energía” y mantenemos la energía en el tejido sano para poder combatir el tumor. Y, para ello, estamos tratando de encontrar un tratamiento que pueda detener la comunicación de solicitud de energía entre el tumor y los órganos sanos. ¿No es un escenario asombroso? Y la parte más sorprendente de esta idea aún no ha llegado. Imagínate si esa demanda de energía es la misma entre tumores de diferentes pacientes. ¿Puedes ver el potencial de todo esto? ¡Más personas podrían beneficiarse de la misma terapia!
¿Podemos curar el cáncer?
Volvamos ahora a nuestra primera pregunta: ¿alguna vez curaremos el cáncer? En mi humilde opinión, no habrá una sola cura. No lo curaremos con un solo tratamiento, sino con una combinación de terapias. Lo que sí podemos hacer es encontrar un tratamiento que pueda poner el tumor “a dieta” y fortalecer a los pacientes. Cuanto más fuertes sean los pacientes, mejor podrán responder a otras terapias y combatir el cáncer. En otras palabras, podemos tener una buena terapia que podría ayudar a que otras terapias funcionen mejor.
Una última reflexión: nunca debemos perder de vista el lado humano de esta historia. Los pacientes son personas, como tú y como yo. Merecen vivir una vida sana y plena. Esto no es posible si se caen al salir de un coche y no pueden volver a entrar, o si no pueden subir las escaleras hasta s u habitación sin agotarse.
Nunca he tenido cáncer, pero perdí a alguien muy cercano a mí por esta enfermedad. No le desearía esto ni a mi peor enemigo. El dolor que mi familia y yo sentimos, la sensación de impotencia y de aun así tener que ser fuerte porque no eres tú quien tiene cáncer. Tal vez tuviste una experiencia similar o tal vez un amigo tuyo la tuvo.
A través de nuestro trabajo y nuestra pequeña contribución, esperamos ayudar a evitarle a alguien pasar por esto de la forma en que tuvimos que hacerlo.
Si tú, como Eleonora, tienes pasión por la innovación y deseo de causar un impacto real, ¡plantéate dar el siguiente paso en tu carrera con nuestras becas de doctorado INPhINIT! Presenta tu solicitud para avanzar en los límites de la ciencia en las principales universidades o centros de investigación de España o de Portugal. La convocatoria del 2025 ya está abierta: inscríbete antes del 23 de enero (Incoming) o del 18 de febrero (Retaining) para iniciar tu viaje hacia descubrimientos revolucionarios. Encuentra aquí toda la información y da el primer paso hacia un futuro repleto de posibilidades.