¿Quién dijo que el circo había muerto?
12 junio 2015

Payasos, acróbatas, magos, trapecistas. El circo ha vuelto y lo ha hecho con una propuesta renovada y de calidad. El pasado 23 de abril arrancó en Figueres, Girona, el Circo Charlie Rivel, un espectáculo que combina las acrobacias del circo con la cultura popular catalana.
Promovido por el becario Genís Matabosch (Francia, 1999) el Circo Charlie Rivel pretende ser “el nuevo circo catalán”. Esto lo consigue utilizando elementos como la música, la danza y el vestuario tradicional catalán como eje del espectáculo. Precisamente, el Circo Charlie Rivel recibe su nombre en honor a Josep Andreu i Lasserre, “Charlie Rivel”, el más universal payaso catalán, nacido el 23 de abril de 1896 en Cubelles.
El espectáculo lo componen 15 números diferentes donde la calidad es el denominador común ya que, según Matabosch, “es la única manera de recuperar la confianza del público en las artes circenses y darles la dignidad perdida en el último tercio del siglo pasado”.
En el Circo Charlie Rivel los espectáculos se realizan bajo una única carpa, que dispone de climatización y de avanzada tecnología en luz y sonido. Asimismo, la carpa no tiene columna central, lo cual ofrece una visibilidad excelente para los más de 800 espectadores que puede albergar.
Genís Matabosch también dirige el Festival Internacional del Circ de Figueres, que se celebra anualmente en la capital del Alt Empordà. Un evento realizado a imagen de los grandes festivales de circo de Moscú o Montecarlo, con una cuidada selección de los mejores trapecistas, acróbatas, malabaristas y payasos llegados de todos los rincones del planeta.
El pasado 19 de mayo se celebró la mesa redonda «La desigualdad en el acceso a la educación superior», organizada por el Programa de Becas de la Fundación ”la Caixa” en el contexto de la Conferencia Mundial de Educación Superior 2022 de la Unesco.
Anna Sánchez y Javier Rubio son estudiantes universitarios. Uno en Madrid, la otra en Barcelona; sus historias, a pesar de ser únicas, tienen mucho en común. Desde siempre han sido estudiantes excelentes, sus capacidades e intereses son muchos y variados, y aun así no era fácil que pudieran llegar a la universidad. Ambos lo hicieron con una de las primeras becas de grado de la Fundación ”la Caixa”. Y, nos explican, su vida ha dado un vuelco de 180 grados en los últimos meses.