5 minutos con… Lila Pla Alemany

“Lo más importante es saber que no hay nada que no pueda aprenderse”, dice Lila Pla (EE UU, 2010), quien sabe de sobras qué significa reciclarse profesionalmente. Guionista, cofundadora de una productora independiente de audiovisuales, cine y teatro, y ahora consultora estratégica. Lee la entrevista completa en el blog de los becarios de ”la Caixa”. Get out of your comfort zone!

10 junio 2014

“Lo más importante es saber que no hay nada que no pueda aprenderse”, dice Lila Pla (EE UU, 2010), quien sabe de sobra qué significa reciclarse profesionalmente. Guionista, cofundadora de una productora independiente de audiovisuales, cine y teatro, y ahora consultora estratégica. Lee la entrevista completa en el blog de los becarios de ”la Caixa”. Get out of your comfort zone!

Guionista, cofundadora de una productora independiente de audiovisuales, cine y teatro, y ahora consultora estratégica; ¿cómo fue el cambio de hacer televisión y cine a ser consultora?

Es cierto que tengo una carrera poco habitual, puesto que he trabajado en entornos y ámbitos muy diferentes. He estado en ONG y organizaciones internacionales como Amnistía Internacional o el Banco Mundial; he hecho de guionista y productora para televisión, cine y teatro; he creado y gestionado una empresa productora independiente, y ahora trabajo en Nueva York en una consultoría estratégica con oficinas en más de 40 países. Pero aquí, en Estados Unidos, eso de cambiar de sector o de trabajo es muy habitual. En España, si estudias derecho es para ser abogado. En el mundo anglosajón, puedes estudiar derecho y acabar trabajando en el mundo del cine o en un banco.

En un mundo en que todo cambia tan deprisa, creo que lo más importante es aprender a aprender, porque la forma en que trabajaremos dentro de diez años será diferente de la de hoy y la clave está en saber reciclarse.

Precisamente, para reciclarse profesionalmente, ¿es importante marcarse un objetivo o irse adaptando al contexto del entorno?

Lo más importante es saber que no hay nada que no pueda aprenderse. Una de las personas a las que admiro, Albert Casals, hace unos años me dijo algo que se me quedó grabado. Él va en silla de ruedas desde los 8 años y ha viajado a más de 80 países. Yo pasé casi un año entero en silla de ruedas a causa de un accidente de moto y sentía mucha curiosidad por saber cómo se las apañaba él para ir solo. Le pregunté: “¿Cómo subes las escaleras? ¿Cómo escalas montañas? ¿Cómo te subes a los árboles? ¿Cómo cruzas selvas, ríos y desiertos…?” Después de un rato me dijo “Lila, no hay nada que no pueda hacer”. Y es verdad.

Hay personas que descubren su vocación a los 3 años y se pasan la vida profundizando en un tema o sector. Y hay otras a las que, por deseo o por necesidad, nos toca cambiar de industria o de empleo muchas veces a lo largo de nuestra vida laboral. Seas el tipo de persona que seas, lo más importante es desarrollar la capacidad de aprender cosas nuevas. Y no dejar nunca que se te atrofie el músculo de la curiosidad.

¿Cómo contribuye el programa InSITE, del que eres miembro, a fortalecer el ecosistema emprendedor?

Una de las cosas más interesantes de Nueva York es que se ha convertido en una ciudad de emprendedores. Esta ciudad se regenera constantemente, y ahora es uno de los motores de innovación y de creación de nuevas empresas más importantes del mundo. El programa InSITE tiene por objetivo poner en contacto a estudiantes de máster en ‘business’, ingenierías, medicina, derecho, etc. con emprendedores e inversores de capital riesgo. Todos los años, elegimos a unos 30 ‘fellows’ que dan asesoramiento gratuito a nuevas empresas que están buscando financiación para arrancar. Yo fui la primera ‘fellow’ española del programa, y hoy en día colaboro con el patronato de la organización para que más estudiantes puedan tener la oportunidad de descubrir el ecosistema emprendedor de esta ciudad.

¿Cómo surge la idea de organizar un encuentro de becarios con el cónsul general en Nueva York, cuando eras becaria de ”la Caixa”?

Hay otra cosa que a los americanos se les da muy bien: aprovechar sus redes sociales y profesionales y entender que es importante mezclarse con personas distintas a nosotros. Los mediterráneos estamos programados culturalmente para ayudar a aquellas personas que están en nuestros círculos más íntimos (familia y amigos), pero no estamos tan abiertos como los americanos a conocer y establecer vínculos con gente de entornos muy diferentes a los círculos en los que nos movemos habitualmente. Hay más de 100 estudiantes que llegan cada año a Nueva York becados por diferentes fundaciones. Personas con mucho talento y de ámbitos muy distintos, pero que a menudo no se conocen porque no existe plataforma alguna para ello. Por eso organicé un par de actos el año pasado y un grupo ‘on-line’, para intercambiar experiencias, propiciar encuentros y relacionarnos.

¿Qué consejo les darías a los nuevos becarios de ”la Caixa” para aprovechar al máximo la experiencia?

Les daría dos consejos a los que están a punto de empezar su aventura como becarios:

1. Haz amigos de lugares y ámbitos diferentes

Si eres cineasta, esfuérzate en conocer a becarios o estudiantes biólogos, arquitectos y de empresariales. Si eres ingeniero, aprovecha para conocer a médicos y músicos. De estos contactos aparentemente aleatorios es de donde seguro que surgirán ideas y oportunidades interesantes, y que te permitirán cuestionar ideas y prejuicios. Como suelen decir aquí, “get out of your comfort zone”, ¡y relaciónate con gente distinta!

2. Estudia asignaturas fuera de tu curso

Todos hemos visto el discurso de Steve Jobs en Stanford sobre “connecting the dots”. Yo no soy necesariamente fan de todo lo que hizo Jobs, puesto que fue un personaje muy controvertido, pero creo que tenía razón cuando aconsejaba estudiar asignaturas distintas a las del curso que se hacía. Las universidades a las que vamos los becarios de ”la Caixa” cuentan con profesores increíbles. Yo estudié un MBA en ‘business’ en la Universidad de Columbia, pero también asistí a clases que nada tenían que ver, como crítica del cine o política francesa. Una vez más, eso me ayudó a relacionarme con personas con la mente estructurada de forma muy diferente a la mía, y a ejercitar distintas partes del cerebro.

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